sábado, 10 de mayo de 2014


LA GUADALUPANA

Camino de la ciudad 
un buen indio una mañana 
cuando al Templo iba a rezar 
y al pasar por Tepeyac 
se le iluminó la cara 
y allí se puso a rezar. 

Cuando Juan Diego contó 
lo que le había pasado 
¡que falta de devoción! 
que hasta el Obispo dudó 
que un indio desarrapado 
viera a la Madre de Dios. 

Al ser de día, Ave María 
Una mañana Guadalupana 
Descendiendo de los cielos 
Se le apareció a Juan Diego 
Nuestra Madre Inmaculada 

Cuando el Obispo al pensar 
lo que el indio le contara 
para ver si era verdad 
la historia de Tepeyac 
lo mandó a que cortara 
rosas sin haber rosal. 

Cuando Juan Diego mostró 
aquellas rosas tempranas 
la tela se transformó 
la Virgen apareció 
María Guadalupana y 
América le rezó

Al ser de día, Ave María 
Una mañana Guadalupana 
Descendiendo de los cielos 
Se le apareció a Juan Diego 
Nuestra Madre Inmaculada